El Día de la Solidaridad de las Ciudades Patrimonio Mundial intenta sensibilizar a la sociedad e instituciones de la importancia de crear una ciudad adaptada para las personas con algún tipo de discapacidad
09.09.09 - SANDRA CANTALEJO SEGOVIA
Continuamente segovianos y visitantes recorren la ciudad sin percatarse de lo que supondría pasear por ella si tuviesen algún tipo de discapacidad. Con motivo de la celebración del Día de la Solidaridad de la Organización de las Ciudades Patrimonio Mundial (OCPM), diversas actividades tuvieron lugar a lo largo de ayer. Así como en más de 200 ciudades que se unieron bajo el lema 'Patrimonio accesible patrimonio para todos'. El objetivo de esta jornada fue concienciar a la ciudadanía y a las instituciones responsables de los centros históricos y de los monumentos, de la importancia de garantizar una accesibilidad sin barreras para las personas que tienen algún tipo de discapacidad. Tras la izada de la bandera de la OCPM, por parte de la concejala de Patrimonio Histórico y Turismo, Claudia de Santos, en la plaza del Azoguejo, comenzó a los pies del Acueducto una visita guiada que recorrió el eje más monumental de la ciudad, pasando por la Catedral y concluyendo a las puertas del Alcázar. La expedición se encontró con un contratiempo, la inauguración del curso de la Academia de Artillería, por lo que comenzó con retraso.
Para saber lo que pasan los que sufren problemas de discapacidad hay que ponerse en su lugar. Por ello, un grupo de voluntarios participó en la actividad. Unos llevaron antifaz y bastón, mientras que otros se subieron a las sillas de ruedas para experimentar las barreras arquitectónicas de la ciudad. «Un gran número de monumentos nacen para ser inaccesibles; el reto está en ser capaces de hacer Segovia accesible para todos», explicó De Santos.
A la visita asistieron representantes de la Asociación de Afectados de Polio y Sindrome Postpolio de Castilla y Leon, ONCE, la asociación Frater y Apadefim, estuvieron acompañados por un guía experto en discapacidad, un perro guía y una profesora del lenguaje de signos, así como el concejal de Obras, José Llorente, y el de Servicios Sociales, Andrés Torquemada, los cuales, provistos de antifaz y bastón, se encontraron con los problemas típicos como chocarse con otras personas, y tropezándose con las aceras sin adaptar para el uso de personas con discapacidad.
El Centro de Recepción de Visitantes cuenta con un plano tridimensional con información de la ciudad para personas invidentes. Siete restaurantes, La Postal, El Cordero, Cándido, Claustro-Hotel San Antonio el Real, El Sitio, Estévez y restaurante José, se han sumado a este programa solidario, y han colaborado con la ONCE, que ha traducido sus cartas al braille.
La calle Daoiz supone un reto para los presentes. «Yo sola no vendría por aquí, tengo que ir por la carretera y es bastante peligroso, la Policía ha tenido que cortar la calle para que podamos bajar», comenta la representante de Mujer y Discapacidad y vicepresidenta de la Asociación de Afectados de Polio y Sindrome Postpolio de Castilla yLeon, María Pilar Redondo. Además, critica que es imposible entrar en un bar. Por su parte, Avelino afirma «es vergonzoso que no puedas entrar en un bar y encima te cobren 3 euros por estar en la terraza». Mientras que Tasio manifestó el deseo común de conseguir una ciudad adaptada para los discapacitados. «Las ciudades de alrededor están mejor, en Segovia entrar en un servicio es una tarea imposible» aportó Julián.
La visita concluyó a las puertas del Alcázar ya que éste estaba 'invadido' por los militares e impedían el paso del grupo en silla de ruedas al edificio. Aunque la ruta concluyó aquí, los participantes tenían que volver a sus casas, sin ayuda policial, por lo que tuvieron que ingeniárselas, cambiando el itinerario. Tras dos horas de recorrido consiguieron regresar a los pies del Acueducto, denunciando la falta de adaptación de la ciudad.
09.09.09 - SANDRA CANTALEJO SEGOVIA
Continuamente segovianos y visitantes recorren la ciudad sin percatarse de lo que supondría pasear por ella si tuviesen algún tipo de discapacidad. Con motivo de la celebración del Día de la Solidaridad de la Organización de las Ciudades Patrimonio Mundial (OCPM), diversas actividades tuvieron lugar a lo largo de ayer. Así como en más de 200 ciudades que se unieron bajo el lema 'Patrimonio accesible patrimonio para todos'. El objetivo de esta jornada fue concienciar a la ciudadanía y a las instituciones responsables de los centros históricos y de los monumentos, de la importancia de garantizar una accesibilidad sin barreras para las personas que tienen algún tipo de discapacidad. Tras la izada de la bandera de la OCPM, por parte de la concejala de Patrimonio Histórico y Turismo, Claudia de Santos, en la plaza del Azoguejo, comenzó a los pies del Acueducto una visita guiada que recorrió el eje más monumental de la ciudad, pasando por la Catedral y concluyendo a las puertas del Alcázar. La expedición se encontró con un contratiempo, la inauguración del curso de la Academia de Artillería, por lo que comenzó con retraso.
Para saber lo que pasan los que sufren problemas de discapacidad hay que ponerse en su lugar. Por ello, un grupo de voluntarios participó en la actividad. Unos llevaron antifaz y bastón, mientras que otros se subieron a las sillas de ruedas para experimentar las barreras arquitectónicas de la ciudad. «Un gran número de monumentos nacen para ser inaccesibles; el reto está en ser capaces de hacer Segovia accesible para todos», explicó De Santos.
A la visita asistieron representantes de la Asociación de Afectados de Polio y Sindrome Postpolio de Castilla y Leon, ONCE, la asociación Frater y Apadefim, estuvieron acompañados por un guía experto en discapacidad, un perro guía y una profesora del lenguaje de signos, así como el concejal de Obras, José Llorente, y el de Servicios Sociales, Andrés Torquemada, los cuales, provistos de antifaz y bastón, se encontraron con los problemas típicos como chocarse con otras personas, y tropezándose con las aceras sin adaptar para el uso de personas con discapacidad.
El Centro de Recepción de Visitantes cuenta con un plano tridimensional con información de la ciudad para personas invidentes. Siete restaurantes, La Postal, El Cordero, Cándido, Claustro-Hotel San Antonio el Real, El Sitio, Estévez y restaurante José, se han sumado a este programa solidario, y han colaborado con la ONCE, que ha traducido sus cartas al braille.
La calle Daoiz supone un reto para los presentes. «Yo sola no vendría por aquí, tengo que ir por la carretera y es bastante peligroso, la Policía ha tenido que cortar la calle para que podamos bajar», comenta la representante de Mujer y Discapacidad y vicepresidenta de la Asociación de Afectados de Polio y Sindrome Postpolio de Castilla yLeon, María Pilar Redondo. Además, critica que es imposible entrar en un bar. Por su parte, Avelino afirma «es vergonzoso que no puedas entrar en un bar y encima te cobren 3 euros por estar en la terraza». Mientras que Tasio manifestó el deseo común de conseguir una ciudad adaptada para los discapacitados. «Las ciudades de alrededor están mejor, en Segovia entrar en un servicio es una tarea imposible» aportó Julián.
La visita concluyó a las puertas del Alcázar ya que éste estaba 'invadido' por los militares e impedían el paso del grupo en silla de ruedas al edificio. Aunque la ruta concluyó aquí, los participantes tenían que volver a sus casas, sin ayuda policial, por lo que tuvieron que ingeniárselas, cambiando el itinerario. Tras dos horas de recorrido consiguieron regresar a los pies del Acueducto, denunciando la falta de adaptación de la ciudad.
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